Sonia y Javier se casaron en Julio, y aunque con muy poco tiempo, me pidieron que les hiciera algo con lo que obsequiar a sus invitados tras la comida. Algo para poder servirse y comer en plan merienda, de forma rápida y más informal.
La novia se encargó de las típicas chuches, pero además, quería algo un poco más elaborado que eso pero fácil de servirse por los invitados, así que me encargó un brownie lo suficientemente grande como para 200 personas. eso si, lo presentarían en porciones pequeñas. Y unas galletas que llevaban el logo que utilizaron en sus invitaciones de boda.
El detalle fue un gran éxito que encantó a sus invitados.
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